domingo, 19 de octubre de 2014

La chirimoya. Una fruta con forma de corazón.

 

   La chirimoya, con forma de corazón y un sabor delicioso, se puede considerar como una fruta agraciada desde el punto de vista dietético y nutricional. Su riqueza en azúcar y potasio, potencian la actividad física y estimulan el ritmo cardíaco, garantizando una buena resistencia y un buen rendimiento muscular. 

   Es originaria de las selvas tropicales de la cuenca amazónica y de las zonas montañosas cercanas a los Andes, en Sudamérica. Fueron los españoles los que la llevaron a Europa, África y Asia. En España se cultiva en la zona de Levante y en Andalucía. Se trata de una fruta deliciosa y dulce, cuya textura recuerda más a un postre. A pesar de que su fruto posee muchas semillas, la cantidad abundante de pulpa justifica la minuciosa manipulación que se requiere para comerla.

Sus virtudes.

  La chirimoya debe su sabor dulce a que es muy rica en hidratos de carbono, especialmente glucosa y fructosa, por lo tanto es un alimento muy calórico y saciante. Contiene un porcentaje elevado de agua, por lo que favorece la diuresis y la depuración del organismo. Su mayor aporte mineral es el potasio, que estimula el sistema nervioso y favorece un buen funcionamiento muscular, así como la eliminación de líquidos. También es rica en vitamina C, un antioxidante que refuerza el sistema inmunitario y que interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos. Además favorece la absorción del hierro de los alimentos. Al ser rica en fibra mejora el tránsito intestinal.

Formas de consumo.

   La chirimoya se toma sobre todo como fruta fresca, aunque también se puede tomar en forma de zumos, helados, tartas, mermeladas y batidos (en batido combina muy bien en zumo de naranja). Para comerla basta con partirla por la mitad y ayudarse con una cuchara para extraer el máximo de la pulpa.

Recomendable para: 
  1. Combatir el estreñimiento, por la fibra que aporta. 
  2. Reducir el colesterol. 
  3. Prevenir la hipertensión arterial y las afecciones cardíacas. 
  4. Dietas especiales, para recuperar los aportes mínimos de potasio. 
  5. Potenciar la actividad física e intelectual. 
  6. Combatir el exceso de ácido úrico. 
  7. Aumentar las defensas. 
Curiosidades.
  • Se desaconseja comer en caso de insuficiencia renal, diarrea y trastornos gastrointestinales, ya que en estos casos se aconseja mantener a raya el potasio de la dieta, un mineral que destaca en esta fruta. 
  • Las especies que más se consumen en España son las verdes. Para elegir las mejores, hay que escoger las que presenten un color uniforme y que estén levemente blandas al tacto. Si están un poco duras, se pueden dejar madurar unos días a temperatura ambiente. 
  • Es mejor no guardarlas en la nevera, porque cambian de color y se ablandan con facilidad. 
  • Cuando se abre una chirimoya, es mejor terminarla en el momento, ya que es poco resistente y se pone negra y demasiado blanda. 

La receta: helado de chirimoya

Ingredientes para 4 personas: 4 chirimoyas, 200 g de azúcar, 750 ml de leche y 6 yemas de huevo. 
Preparación: cortar las chirimoyas, pelar y quitar las semillas. Mezclar la pulpa con la mitad del azúcar y batir a mano o con una batidora eléctrica hasta que quede pastoso. Verter la leche en una cacerola. Añadir la preparación anterior y poner al fuego. Cuando la mezcla comience a hervir, retirar del fuego, tapar y dejar reposar 30 minutos. Batir las yemas con el azúcar restante en un bol hasta que queden cremosas. Agregar las yemas batidas a la leche con las chirimoyas, cocer a fuego lento y remover hasta que la mezcla quede cremosa. retirar del fuego y continuar batiendo hasta que se enfríe un poco. Finalmente poner en el frigorífico y servir en copas cuando haya cuajado.

Para saber más. 

http://frutas.consumer.es/chirimoya/



 

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